El estrés y bienestar emocional

El estrés en la vida actual y como manejarlo

Muchas veces no nos damos cuenta de que nuestras conversaciones diarias giran en torno a los eventos estresantes, pocas veces en aquello que nos produce placer. A la hora de la comida o al llegar a casa, platicamos lo que nos pasó en el día y hacemos énfasis en lo que lo hizo difícil, el cómo los colegas del trabajo no cooperaron, el accidente que vimos en la calle, las enfermedades de los cercanos, los tramites burocráticos a los que nos tuvimos que enfrentar, la poca eficiencia de los empleados públicos, lo que no hubo en la tienda, lo mal que se portaron los hijos y finalizamos el día viendo los dramas en las series de televisión. Tal vez esto nos ayude como catarsis, o nos desconecta de nuestro propio estrés, pero lo más probable es que aumente el estrés que generamos ese día y que hemos acumulado a través del tiempo. El estrés está presente en nuestras vidas, lo sentimos y es necesario definirlo.

En la actualidad podemos hablar de estrés sin que tengamos que explicar qué es, todos en algún momento hemos sentido alguna clase de estrés. Sin embargo, desde el punto de vista operacional y para comprender los fenómenos que explican su relación con la salud, es necesario analizar su significado, y debemos hacerlo teniendo cuidado de no caer en reduccionismos ya que cualquier aspecto de la vida puede alterar nuestra homeostasis, nuestro equilibrio.

El estrés implica una alteración que va más allá de lo usual, y para saber que es lo usual no se tienen parámetros claros. Aún con la subjetividad que implica definir y medir el estrés, debemos de hacerlo para poder manejarlo con consistencia y deteriorar nuestra salud fisica o emocional.

El empleo de la palabra “stress” se generalizó y recientemente se castellanizó como estrés. Pasó de ser utilizado en el medio científico a ser utilizado en la vida cotidiana en donde lo utilizamos cuando nos referimos a aquellas presiones que nos agobian y muchas veces esto ya se sobrentiende, simplemente estrés es aquello que estresa a la gente. Pero si bien en el uso común no es necesario especificar su significado, para su estudio, en muchas ocasiones sus propiedades esenciales no están claras, puede ser cualquier cosa que desequilibre o todo aquello que requiera de adaptación.

El término “stress”, es de origen anglosajón y sin duda describe un fenómeno importante para el hombre, se le puso nombre a algo que se experimentaba y faltaba definir, y su nombre original pasó a ser universal. …al no encontrar una traducción satisfactoria en otros idiomas, pasó como tal a formar parte del lenguaje científico universal” (Donalisio, 1996).

En la vida diaria, algunas veces también utilizamos los términos presión o tensión, acostumbramos decir que tenemos presiones y nos tensionamos. La diferencia entre estas experiencias son el que las presiones son externas y las tensiones las vivimos como internas. Según el Diccionario de la Lengua Española estrés es aquella situación de un individuo o de alguno de sus órganos o aparatos, que, por exigir de un rendimiento superior al normal, los pone en riesgo de enfermar física o psicológicamente. En conclusión, nos referimos al estrés como algo que rebasa nuestras capacidades.

Ante el estrés generalmente tenemos respuestas inespecíficas y mas a menudo éstas son desagradables. También el estrés genera respuestas positivas ya que nos pone en alerta, nos motiva, nos fuerza a terminar proyectos, nos lleva a ser creativos, etc. Pero la línea divisoria entre el estrés bueno y el malo no es fácil de identificar y finalmente es nuestra subjetividad, la que hace que tomemos el mismo evento tensionante como generador de estrés bueno o malo.

Es interesante saber que aunque se habla de respuestas inespecíficas ante el estrés, en la actualidad ya se conocen muchas respuestas específicas tanto fisiológicas, como las enfermedades coronarias, y por otro lado las psicológicas como la ansiedad y la depresión.

Al hablar de estrés bueno o eustrés y estrés malo o distrés se asume que ambos causan daño, el eustrés menos, pero también tiene un efecto negativo. Nuestra forma de enfrentarlo y nuestra valoración cognoscitiva como un proceso llevan a la adaptación.Es decir a adaptarnos a nuestro estilo de vida estresante, para bien o para mal.

Lazarus y Folkman (1994) hacen énfasis en la interrelación, y la multidimensionaldad del estrés , su definición es:

“El estrés es un proceso dinámico en el cual la atención se pone en la relación entre el organismo y el medio y en donde hay una interacción y retroalimentación entre los distintos factores. El estrés no es una variable sino un conjunto de variables y procesos.” p. 19.

Estos autores hacen notar que si tratamos de definir al estrés por su respuesta, no tenemos una forma sistemática para identificar prospectivamente qué es y qué no es un estresor, hasta que observemos la respuesta. En esta observación debemos de tener claro que tales respuestas se pueden confundir con otras ya que no todas las respuestas psicológicas son respuestas al estrés.

Aldwin (1994) lo define como:

La cualidad de una experiencia producida a través de la transacción persona-ambiente, que ya sea por sobrestimulación o subestimulación, da como resultado un distrés psicológico o fisiológico p.-22

Carolyn Aldwin ya toma en cuenta el significado de la experiencia y la multidimensionalidad, reflejando así, como el enfoque transaccional ha hecho un cambio: de poner énfasis en los eventos y sus efectos, a poner énfasis en el significado de los eventos de los individuos en particular.

Los cambios que se requieren para adaptarse al evento estresante son deferentes para cada persona, ya que para alguien puede implicar un esfuerzo importante adaptarse a un evento determinado, cuando para la mayoría de las personas esa adaptación no requiere de esfuerzo. La relación estrés-enfermedad es multicausal, hay factores mediadores en esta relación y deben de combinarse muchos factores del medio y características de la persona para observar síntomas que podamos atribuir al estrés.

Como se observa, el estrés se define comúnmente en referencia a eventos externos y por lo general eventos negativos, sin embargo, hay eventos positivos que también generan estrés. Hay eventos de competencia, que sin poder situarse en eventos negativos, también generan estrés, y sus consecuencias son positivas.

Vemos entonces que las definiciones del estrés van desde el enumerar sus componentes; simplemente considerarlo un estado del organismo; considerarlo como un evento externo ubicuo e intangible; o como una transacción entre la persona y el medio.

Dentro del estudio del estrés encontramos que por lo general se usa el término estresor para referirse la los eventos externos y tensión para referirse a los estados estresantes internos, sin embargo en el proceso de estrés generado por un factor externo, el estrés se produce por un proceso cognitivo interno, por lo que es difícil hacer tal distinción, a