Depresión Posparto

Introducción

En la mujer, y no así en el hombre, parece ser que las etapas de desarrollo y en específico las reproductivas, es decir aquellas que marca un cambio en cuanto a la capacidad reproductiva, son notorias en cuanto a nuestro rol, biología y estatus social.
Son múltiples las circunstancias que rodeas los eventos reproductivos, y por ello, las reacciones que la mujer puede presentar ante las etapas reproductivas y pueden ser más difíciles de manejar si presentan alteraciones emocionales y se desconoce como enfrentarlas.
La vida de la mujer sería más fácil de manejar si tuvieramos una información básica sobre los aspectos emocionales que pueden hacer que el embarazo nos ea el que siempre imaginamos, y que una vez que nuestro bebe nace, no siempre todo es color de rosa.
Es importante también el tener elementos de cómo enfrentar las estas dificultades para que no entorpezcan las relaciones interpersonales y el desarrollo personal, es muy importante la salud emocional de la madre para que pueda atender a su bebe y establecer un buen vinculo con el.
Durante el embarazo y el parto es común que la mujer padezca ansiedad y depresión y que pacen desapercibidas, es decir que la mujer misma no sepa que le pasa y desde de luego, esto hace más difícil que se diagnostique y que se reciba el tratamiento adecuado.

Salud reproductiva y salud emocional

Aún cuando en la actualidad nos es claro que la vida de la mujer no se define por su maternidad ni por su sistema reproductivo, debemos reconocer que su salud mental y física están influenciados por muchos factores, incluyendo los culturales, sociales, estilo de vida, además de los genéticos y biológicos, esto nos lleva a destacar el que su bienestar integral le facilita tener una vida más plena.

Cuando una mujer conoce qué es lo que le ocurre ante las distintas experiencias relacionadas con la salud reproductiva, cuando sabe como enfrentarlas desde el punto de vista emocional y como manejarlas, esto le da la seguridad de que ello es superable, facilita su resolución y apoya cualquier intervención en un nivel médico.

La mujer no solo es un cuerpo, tiene emociones y puede vivirlas como un aprendizaje favorecedor de su desarrollo.

La mujer puede cambiar sus hábitos o forma de enfrentamiento en las conductas relacionadas con su salud emocional, para ello Bandura (1977) dice que el proceso de cambio en cada etapa de la vida, incluyendo la decisión de cambiar hábitos de salud, está influenciado por el poder percibirse como capaz de hacerlo, además también interfieren las estrategias de enfrentamiento, la motivación, la autoconfianza y las expectativas. Finalmente debe de existir la creencia de que ella tiene el control de su motivación, comportamiento y entorno social.

No hay que olvidar que los factores socioeconómicos, esto es, nivel de ingresos y educación son factores determinantes en el acceso a la medicina y con mayor énfasis en la prevención de estados poco favorecedores del desarrollo integral. Esto no implica que la mujer de escasos recursos este condenada a no tener bienestar emocional, sino que le será más difícil encontrar el apoyo adecuado.

  • Existen numerosas investigaciones con relación a la salud emocional de las mujeres, pero ellas no son accesibles a la mayoría de ellas. Si la mayor parte de las emociones asociadas a las diferentes etapas reproductivas son ignoradas o no necesariamente tratadas desde el punto de vista emocional, es importante proporcional información accesible para apoyar a las mujeres en general.
  • La mujer posee recursos personales para superar las crisis o dificultades en su ciclo vital y una importante red de apoyo en sus familiares, lo que puede hacer de estas etapas no solo superables sino de crecimiento personal.
  • En concreto la depresión y la ansiedad pueden presentarse cuando se presenta el síndrome premenstrual, en el embarazo, en el posparto y en la menopausia.